Era,
término empleado en las ciencias físicas y en historia. En geología,
una era es la división del tiempo más larga, que se subdivide en
periodos y épocas. La era actual o cenozoica (la más corta de todas)
dura ya unos 65 millones de años. En sentido histórico, una era es un
periodo de tiempo computado a partir de un momento o acontecimiento
histórico determinado. La actual era cronológica, la era cristiana,
comenzó el 1 de enero del año 1 d.C., fijado convencionalmente como
fecha del nacimiento de Cristo.
Cenozoico,
última de las cinco grandes eras del tiempo geológico, que comenzó hace
unos 65 millones de años y llega hasta nuestros días. Es posterior al
periodo cretácico del mesozoico, y se subdivide en terciario y
cuaternario. Al describir las características del terciario se emplean
los nombres de los periodos más cortos (épocas) en los que se subdivide
éste: paleoceno, eoceno, oligoceno, mioceno y plioceno, por orden de
antigüedad.
El cenozoico, la más corta de las eras
geológicas, es la era en la que vio la luz el mundo moderno, con sus
rasgos geográficos característicos y sus animales y plantas.
Cretácico,
en el ámbito de la geología, último periodo del mesozoico, que comenzó
hace unos 136 millones de años y finalizó hace unos 65 millones de años.
El nombre alude a la abundancia de estratos de creta depositados
durante el final del periodo en Inglaterra y Francia, hoy expuestos en
lugares como Dover. En Europa y Norteamérica, los geólogos dividen el
periodo en cretácico temprano y cretácico tardío.
Al
comenzar el mesozoico, todos los continentes estaban unidos en una masa
continental única, Pangea. La división de Pangea durante el mesozoico
temprano dio lugar a dos supercontinentes: Laurasia, formado por lo que
hoy son los continentes del norte, y Gondwana, formado por los del sur.
Entre ambos había un enorme mar, el Tetis, del que el Mediterráneo de
nuestros días no es más que un vestigio. Durante el cretácico, la placa
continental africana, al desprenderse de Gondwana y derivar hacia el
norte, sometió a los sedimentos del mar de Tetis a poderosas fuerzas de
compresión, creando las raíces de los Alpes europeos. La placa africana
se hundió bajo la de Laurasia, desencadenando la actividad volcánica que
hoy persiste en la península italiana y Sicilia. Mientras tanto, el
recién formado océano Atlántico se ensanchó debido a la expansión del
suelo oceánico a lo largo de la dorsal medioatlántica, lo que aumentó la
distancia entre África y América del Sur. Más al este, India se había
separado de Gondwana y, en su deriva hacia el norte, había empezado a
plegar los sedimentos del Tetis oriental formando riscos alargados,
predecesores de lo que sería el Himalaya. La Antártida y Australia, aún
unidas, derivaban hacia el sur y el este.
El
ininterrumpido movimiento hacia el oeste de Norteamérica generó fuerzas
orogénicas que dieron lugar a la elevación de las montañas Rocosas, y lo
mismo ocurrió en América del sur, donde comenzó el plegamiento alpino
que dio lugar en la siguiente era a la cordillera de los Andes. La
aparición de las montañas Rocosas bloqueó el drenaje hacia el oeste del
pujante mar del cretácico tardío, convirtiendo buena parte del interior
de la zona oeste de Norteamérica en una gigantesca ciénaga. Al este, los
sedimentos producidos por la erosión de los Apalaches formaron la
planicie costera atlántica.
Durante el cretácico tardío,
el nivel del mar subió en todo el mundo, inundando casi un tercio de la
superficie terrestre actual. Así, el calor del sol pudo distribuirse más
hacia el norte gracias a las corrientes marinas, dando lugar a un clima
global cálido y suave, con polos sin casquete de hielo y una
temperatura en las aguas del Ártico de 14 ºC o más. En un clima así, los
reptiles de sangre fría podían proliferar incluso en latitudes
boreales, mientras que los fósiles de helechos y cicas encontrados en
rocas del cretácico a latitudes árticas son similares a las plantas de
hoy en los bosques húmedos subtropicales. A finales del cretácico, la
flora había adoptado ya una apariencia moderna e incluía muchos de los
géneros actuales de árboles, como el roble, la haya y el arce.
A
pesar de la benignidad de las condiciones ambientales a finales del
periodo se produjeron varias extinciones en masa. Se extinguieron cinco
grandes grupos de reptiles —dinosaurios, pterosaurios, ictiosaurios,
plesiosaurios y mosasaurios— que hasta entonces habían sido dominantes.
Una teoría reciente señala que su extinción se debió a la colisión de la
Tierra con un cometa o un pequeño asteroide hace 65 millones de años,
que lanzó polvo a la atmósfera como para bloquear parte de la radiación
solar incidente y reducir la temperatura en todo el mundo, produciendo
efectos devastadores sobre las algas, la vegetación y los pequeños
animales de los que dependían los grandes reptiles para alimentarse.
Mesozoico,
una de las grandes divisiones de la historia geológica, posterior al
paleozoico y anterior al cenozoico. Duró desde hace unos 225 millones de
años hasta hace 65 millones de años, y cabe caracterizarla como la era
de los reptiles gigantes, ya que su apogeo se produjo en ella. Las
primeras aves y mamíferos, así como las primeras plantas con flor,
aparecieron también durante esta era, a menudo considerada la más
interesante para el estudio de la geología y la paleontología. El
principal cambio en el movimiento continental fue la disgregación del
supercontinente Pangea; América del Norte se separó de África, y ésta,
América del Sur y la India se separaron de la Antártida. Buena parte de
Europa siguió desplazándose hacia el norte. El mesozoico se divide en
tres periodos: triásico, jurásico y cretácico.
Terciario,
en geología, intervalo de tiempos geológicos incluido en el cenozoico,
que se extiende desde hace unos 66 millones de años hasta unos 2,5
millones de años atrás, desde el final del cretácico en el mesozoico
hasta el principio del cuaternario en el cenozoico. El terciario se
divide en 5 partes: el paleoceno, el eoceno, el oligoceno, el mioceno y
el plioceno. Fue una época de grandes fluctuaciones térmicas, desde el
eoceno tropical hasta los periodos glaciales del pleistoceno. Los
vertebrados dominantes eran los mamíferos, que se encontraban en fase de
diversificación creciente.
Paleoceno, en
geología, primera y más corta de las cinco divisiones del terciario
dentro del cenozoico en la escala geológica; abarca un intervalo entre
65 y 54 millones de años atrás, y definida, como las épocas posteriores,
según la proporción de especies modernas de moluscos encontradas en los
registros fósiles.
El paleoceno marca el paso final en la
desmembración del supercontinente ancestral Pangea que empezó a
separarse en los comienzos del mesozoico temprano. Los movimientos de la
tectónica de placas separaron finalmente la Antártida de Australia; en
el hemisferio norte, el fondo marino en expansión del Atlántico norte
ensanchado alejó Norteamérica de Groenlandia. Al haber desaparecido los
dinosaurios al final del cretácico precedente, la vida mamífera empezó a
dominar en la Tierra. Los principales mamíferos que aparecieron fueron
los marsupiales, los insectívoros, los lemures, los creodontes (ancestro
carnívoro común de todos los gatos y perros) y animales ungulados
primitivos desde los que fueron evolucionando diversos grupos (como los
caballos, los rinocerontes, los cerdos y los camellos).
Eoceno,
segunda división del cenozoico, era de la escala de tiempos geológicos,
que comenzó hace unos 54 millones de años y finalizó hace unos 40
millones de años. Al igual que el paleoceno, que le precedió, y el
oligoceno, que le siguió, el eoceno (en griego eos 'alba' y kainos
'vida') fue definido en el siglo XIX por el geólogo británico Charles
Lyell sobre la base del porcentaje de especies modernas de moluscos y
crustáceos presentes en los estratos rocosos del cenozoico.
En
el hemisferio occidental, el eoceno marcó la última fase de la
orogénesis de las cordilleras, el episodio de alzamiento de las grandes
cadenas montañosas que se extienden hacia el norte y el sur en el oeste
de las Américas. En el noroeste, los sedimentos arcillosos depositados
en los vastos lagos del eoceno se compactaron para formar valiosos
depósitos de esquistos petroleros. Al mismo tiempo, el supercontinente
de Laurasia siguió desgajándose (véase Tectónica de placas), la
expansión de los suelos marinos comenzó en serio en la sección más
septentrional de la dorsal medioatlántica, impulsando a Groenlandia
hacia el oeste, alejándola del norte de Europa, y desencadenando la
erupción de grandes flujos basálticos, cuyos restos pueden apreciarse en
Irlanda, Escocia, Islandia y Groenlandia.
Las fuerzas
generadas por las colisiones continentales que habían comenzado al
comienzo de la era precedente, el mesozoico, condujeron al alzamiento
del sistema montañoso alpino-himalayo. Mientras tanto, sobre las
llanuras del noreste de la India corrieron ingentes cantidades de
basalto fundido al unirse este subcontinente recién formado, desgajado
de África durante el cretácico, a Asia. En el hemisferio sur, la
Antártida y Australia, que habían estado unidas después de separarse de
Gondwana en el mesozoico, se separaron a su vez y se alejaron la una de
la otra.
El clima del eoceno era subtropical y húmedo en
todo América del Norte. En latitudes altas de Groenlandia y Siberia, en
los bosques templados húmedos, dominaban las secoyas gigantes y los
árboles de hoja caduca como el haya, el castaño y el olmo. En el clima
cálido de Alaska, durante el eoceno, florecieron las higueras, las
magnolias y las cicadáceas.
La rápida evolución de nuevos
órdenes de mamíferos, iniciada en el paleoceno, siguió adelante. En
Europa y Norteamérica aparecieron al mismo tiempo formas ancestrales del
caballo, el rinoceronte, el camello y otros grupos modernos, como los
murciélagos, los primates y roedores similares a las ardillas. Muchos de
ellos eran muy pequeños en comparación con las formas actuales. El
caballo más primitivo medía unos 30 cm de altura y tenía tres dedos en
las patas traseras y cuatro en las delanteras. Los carnívoros de aquel
entonces, llamados creodontes, fueron el tronco del que evolucionarían
los perros y gatos modernos. El final de esta época fue testigo de la
primera adaptación de los mamíferos a la vida marina. En el norte de
México, Egipto y Europa se han encontrado restos fósiles de un animal
similar a la ballena pertenecientes al eoceno. El más grande de estos
animales medía más de 15 m, pero aún así era presa de los tiburones de
entonces, algunas de cuyas especies tenían mandíbulas de hasta 1,8 m de
ancho.
Oligoceno, tercera división del
periodo terciario del cenozoico, que se inició hace unos 40 millones de
años y finalizó hace unos 25 millones de años. Al igual que el eoceno,
que le precedió, y que el mioceno, que vino a continuación, el oligoceno
(del griego, 'poca vida') fue definido en función del porcentaje de
especies modernas de moluscos y crustáceos (10-15%) presentes en los
estratos correspondientes a esta era.
Mioceno,
cuarta división del periodo terciario del cenozoico, que comenzó hace
26 millones de años y finalizó hace 12 millones de años (véase
Geología).
La elevación de las grandes cordilleras
montañosas que había comenzado como resultado de la colisión entre
placas tectónicas durante el oligoceno, siguió adelante (véase Tectónica
de placas). Entre estas cordilleras, las principales fueron los Alpes
en Europa, el Himalaya en Asia y las cadenas montañosas del continente
americano. Los sedimentos producidos por la erosión de estos sistemas se
depositaron en cuencas marinas poco profundas, para terminar
convirtiéndose en la localización de ricos depósitos petrolíferos en
California, Rumania y la costa oeste del mar Caspio.
El
clima del mioceno era más fresco que el de la época precedente. En el
hemisferio sur se había establecido ya un sistema circumplanetario de
corrientes oceánicas, que aislaba a la Antártida de las corrientes más
cálidas del resto del mundo. Esto favoreció la aparición de un gran
casquete de hielo antártico. En el hemisferio norte, grandes áreas antes
cubiertas por espesos bosques se convirtieron en grandes praderas. La
fauna del mioceno incluía una serie de mamíferos, entre ellos el
rinoceronte, el camello, el gato y el caballo. El mastodonte hizo
también su aparición, al igual que el mapache y la comadreja. Durante
esta época, los grandes simios, relacionados con el orangután, vivían en
Asia y en la parte sur de Europa; estos simios del mioceno son los
parientes más próximos de los simios humanoides que aparecieron en el
plioceno.
Plioceno, en geología, quinta y
última división del terciario en el cenozoico dentro de la escala de
tiempos geológicos: se extiende desde hace 12 millones de años hasta 2
millones de años atrás. Como el mioceno precedente, el plioceno fue
denominado y definido por el geólogo británico Charles Lyell basándose
en el porcentaje de moluscos encontrados en los registros fósiles.
Durate
el plioceno, en el oeste de Norteamérica, la subducción de la placa
tectónica del Pacífico contribuyó a la elevación de sierra Nevada y de
la Cordillera volcánica de las Cascadas. En Europa, los Alpes
continuaron su ascensión apoyados por el movimiento de la tectónica de
placas que empujaba y combaba la corteza en una región amplia de este
continente. El clima se hizo más frío y seco con la aproximación de los
periodos glaciales del pleistoceno. Los mamíferos se habían establecido
desde hacía tiempo como la forma de vida terrestre dominante y la
evolución rápida de un grupo, los primates, produjo especies
consideradas antepasados directos del Homo sapiens.
Cuaternario,
en geología, división de tiempos geológicos del cenozoico, posterior al
terciario. Comenzó al final del periodo terciario, hace unos 2,5
millones de años, y comprende hasta nuestros días. El cuaternario se
divide en pleistoceno, que incluye los periodos glaciales, que es la
primera y más larga parte del periodo, y época reciente o postglacial,
también llamada holoceno, que llega hasta nuestros días.
El
pleistoceno, así llamado por el geólogo británico Charles Lyell en
1839, viene inmediatamente después del plioceno en la escala de tiempos
geológicos, y se extiende desde comienzos del cuaternario hasta hace
unos 10.000 años. Fue definido en función de la proporción de especies
de moluscos y crustáceos aún vivos y extintos presentes en el registro
fósil. Los estratos que contenían entre un 90 y un 100% de especies
vivas fueron asignados a este periodo. Los sistemas montañosos
alcanzaron su altura y configuración aproximadas por acción de la
erosión durante el pleistoceno tardío.
El pleistoceno se
caracterizó por la extensión del hielo en forma de glaciares sobre más
de una cuarta parte de la superficie terrestre del planeta. Un sistema
glacial europeo estaba centrado sobre Escandinavia, y se extendía al sur
y al este a través del norte de Alemania y el oeste de Rusia, y hacia
el suroeste sobre las islas Británicas. El segundo gran sistema glacial
del hemisferio norte cubría la mayor parte de Siberia. En Norteamérica,
un sistema glacial cubrió Canadá y se extendió al sur hasta Estados
Unidos. En el este de Estados Unidos, la glaciación se extendió hasta
Pensilvania al sur, y desde el océano Atlántico hacia el oeste hasta el
río Missouri; otra sábana de hielo fluía de las faldas de las montañas
Rocosas y otras cordilleras experimentaron la glaciación, llegando
incluso hasta Nuevo México y Arizona. Las regiones ártica y antártica
estaban también cubiertas de hielo, al igual que la mayoría de los picos
de las montañas altas de todo el mundo. Los efectos topográficos de la
acción de los glaciares durante el pleistoceno son perceptibles en buena
parte del mundo.
El pleistoceno es llamado a veces la era
del Hombre porque se cree que los primeros seres humanos evolucionaron
en ella. La flora y fauna dominantes en esta época, que existía en las
regiones libres de hielo, eran esencialmente las mismas que las del
plioceno. A finales del pleistoceno, no obstante, en Norteamérica se
habían extinguido muchas especies de mamíferos, incluyendo la llama, el
camello, el tapir, el caballo y el yak. Otros grandes mamíferos, como el
mastodonte, el tigre de dientes de sable y el perezoso terrestre, se
extinguieron en todo el mundo. Mientras se acumulaba hielo y nieve en
latitudes altas, en las latitudes más bajas aumentaban las lluvias, lo
que permitió que la vida vegetal y animal floreciera en áreas del norte y
el este de África que hoy son yermas y áridas. Se han descubierto
pruebas de que el Sahara estuvo ocupado por cazadores nómadas, así como
por jirafas y otros rumiantes durante el pleistoceno tardío.
Durante
la época reciente, que comenzó hace unos 10.000 años, el deshielo hizo
que el nivel del mar subiera treinta o más metros, inundando grandes
superficies de tierra y ensanchando la plataforma continental del oeste
de Europa y el este de Norteamérica.
Cuaternario,
en geología, división de tiempos geológicos del cenozoico, posterior al
terciario. Comenzó al final del periodo terciario, hace unos 2,5
millones de años, y comprende hasta nuestros días. El cuaternario se
divide en pleistoceno, que incluye los periodos glaciales, que es la
primera y más larga parte del periodo, y época reciente o postglacial,
también llamada holoceno, que llega hasta nuestros días.
El
pleistoceno, así llamado por el geólogo británico Charles Lyell en
1839, viene inmediatamente después del plioceno en la escala de tiempos
geológicos, y se extiende desde comienzos del cuaternario hasta hace
unos 10.000 años. Fue definido en función de la proporción de especies
de moluscos y crustáceos aún vivos y extintos presentes en el registro
fósil. Los estratos que contenían entre un 90 y un 100% de especies
vivas fueron asignados a este periodo. Los sistemas montañosos
alcanzaron su altura y configuración aproximadas por acción de la
erosión durante el pleistoceno tardío.
El pleistoceno se
caracterizó por la extensión del hielo en forma de glaciares sobre más
de una cuarta parte de la superficie terrestre del planeta. Un sistema
glacial europeo estaba centrado sobre Escandinavia, y se extendía al sur
y al este a través del norte de Alemania y el oeste de Rusia, y hacia
el suroeste sobre las islas Británicas. El segundo gran sistema glacial
del hemisferio norte cubría la mayor parte de Siberia. En Norteamérica,
un sistema glacial cubrió Canadá y se extendió al sur hasta Estados
Unidos. En el este de Estados Unidos, la glaciación se extendió hasta
Pensilvania al sur, y desde el océano Atlántico hacia el oeste hasta el
río Missouri; otra sábana de hielo fluía de las faldas de las montañas
Rocosas y otras cordilleras experimentaron la glaciación, llegando
incluso hasta Nuevo México y Arizona. Las regiones ártica y antártica
estaban también cubiertas de hielo, al igual que la mayoría de los picos
de las montañas altas de todo el mundo. Los efectos topográficos de la
acción de los glaciares durante el pleistoceno son perceptibles en buena
parte del mundo.
El pleistoceno es llamado a veces la era
del Hombre porque se cree que los primeros seres humanos evolucionaron
en ella. La flora y fauna dominantes en esta época, que existía en las
regiones libres de hielo, eran esencialmente las mismas que las del
plioceno. A finales del pleistoceno, no obstante, en Norteamérica se
habían extinguido muchas especies de mamíferos, incluyendo la llama, el
camello, el tapir, el caballo y el yak. Otros grandes mamíferos, como el
mastodonte, el tigre de dientes de sable y el perezoso terrestre, se
extinguieron en todo el mundo. Mientras se acumulaba hielo y nieve en
latitudes altas, en las latitudes más bajas aumentaban las lluvias, lo
que permitió que la vida vegetal y animal floreciera en áreas del norte y
el este de África que hoy son yermas y áridas. Se han descubierto
pruebas de que el Sahara estuvo ocupado por cazadores nómadas, así como
por jirafas y otros rumiantes durante el pleistoceno tardío.
Durante
la época reciente, que comenzó hace unos 10.000 años, el deshielo hizo
que el nivel del mar subiera treinta o más metros, inundando grandes
superficies de tierra y ensanchando la plataforma continental del oeste
de Europa y el este de Norteamérica.
Periodos glaciales antiguos
Se
estima que el más largo entre los antiguos periodos glaciales fue el
permo-carbonífero, que empezó hace unos 300 millones de años y que
afectó al hemisferio sur. Anteriormente, hace unos 435 millones de años,
otra capa gigante de hielo se extendió desde Brasil hasta el norte de
África, pasando por Yemen y Arabia Saudí. Medidas paleomagnéticas
indican que entonces el polo sur yacía sobre el oeste de África. Hace
unos 600 millones de años, se produjo otro periodo glacial. Las capas de
tillita, roca formada por materia endurecida arrastrada por los
glaciales, prueban la existencia de estos antiguos periodos glaciales.
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